sábado, 28 de julio de 2012

Del Estado de Bienestar al Bienestar de los que están con el Estado. (*)

Decía un reconocido economista estadounidense: bajo el Capitalismo, un hombre explota al otro; mientras que bajo el comunismo, sucede justo lo contrario. Nada más acertado, siempre habrá un hombre explotando al otro no importa si sea en el país de la maravillas, en la China, en Cuba o en los EUA. 

Siguiendo la idea, en Argentina me atrevo afirmar entonces, que durante los gobiernos militares y la democracia “Neoliberal”, un argentino se hacía rico a costa de otro; mientras que durante el kirchnerismo, sucede justo lo contrario. 

Si me permiten reír, todo es más de lo mismo. Las moscas que merodean cambian, pero el excremento continúa siendo el mismo. Todo sigue igual. El Statu Quo continúa intocable por más que cacareen algunos. Por favor, no me tilden de anarquista, simplemente soy un realista que te muestra lo que sucede más allá de la hipocresía.

Dice Don Vito, en una de las escenas del Padrino, que un abogado con su maleta puede robar más que cien armados. Y yo digo que un político puede robar más que cien abogados. 

Quizás exageraba, quizás no (pero no faltaba la verdad), Bastiat, cuando decía que el Estado era esa gran falacia que permitía a muchos a vivir a costa de los demás. Hoy es justamente lo que vemos suceder frente a nuestros ojos. Salarios de altos ejecutivos, acomodos, corrupción, y todo ello acompañado de la impunidad como dicta esa vieja costumbre.

Hoy, vemos brillar más que nunca el Bienestar de los que están con el Estado (algo parecido a lo que dice el español Pina) o “Estado de Bienestar” como te lo venden, conduciendo el progresismo del dinero ajeno, redistribuyendo la riqueza (en otras palabras, sacándote a vos para quedársela ellos), y llevándose los laureles de estar aplicando una supuesta “Justicia Social” (que sólo ellos la ven) en la cual todos aportamos, menos ellos.

Y como si no fuera bastante todo este circo, sin demostrar cualquier signo de vergüenza (se lavan la cara con concreto todas las mañanas), suelen señalarte y tildarte con adjetivos o insultos cuando uno demuestra con argumentos sólidos no estar conforme (reaccionar significa estar vivo; lúcido).
Aquellos en quienes la conducta se presta más a la risa, son los primeros en hablar mal de los demás, enseña Moliere en su Tartufo. 

En fin. Así estamos. 

Antes de encerrar estas reflexiones, recuerdo a Adam (Smith), que sin haber visto nacer la Argentina, recomendaba que uno nunca guardara todo su dinero en el país en el cuál vive porque podría pasar algo, y generalmente pasaba. 

Insisto, no se preocupen por el mensajero porque es solamente una opinión, y como decía Napoleón: no hay que temer a los que tienen otra opinión; sino aquellos que tienen otra opinión pero son demasiados cobardes para manifestarla.


(*) Por El Cipayo.

1 comentario:

  1. Quisiera publicar esta nota en www.informesynoticiascordoba.com. Como supongo me autoriza, lo haré citando la fuente.

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