A raíz de encontrar una definición de República Argentina en un diccionario del año 1919, se me ocurrió inevitablemente pensar en como sería definido hoy en 2009 nuestro país.
Si bien no es fácil hacer en pocas líneas un paralelismo completo entre Argentina del 1900 y la Argentina actual. Voy a tomar como parámetros, la imagen externa, índices de pobreza e indigencia y algunas palabras de reconocidos intelectuales como para llegar a alguna conclusión personal y que cada uno saque las suyas. Aunque más allá de los fundamentos, aunque como de costumbre y más allá de los fundamentos ya se como lo van a tomar algunos "fieles lectores” lo que de acá salga.
Empecemos entonces con un fragmento de la definición de Argentina* publicado allá por el 1900 y decía esto: “…Todo hace pensar que la República Argentina esta llamada a rivalizar en sus día con los Estados Unidos de la América del Norte, tanto por la riqueza y extensión de su suelo como por la actividad de sus habitantes y el desarrollo e importancia de su industria y comercio, cuyo progreso no puede ser más visible…”
Bueno, hoy sabemos que sólo fue una definición de deseo, muy lejana de la realidad.
"¡Salve, salve Argentina! tu futuro destino: ¡Que la gloria siempre sea contigo mientras continúes por el sendero trazado por los héroes de tu epopeya!" (La Nación, 25 de mayo de 1910).
"Su cultura, su patriotismo, las virtudes de su carácter, la extensión y carácter de sus suelo, la bondad de su clima y el profundo espíritu de sus instituciones orgánicas... ¿Cómo puede fracasar un país dotado de tal suerte?" (La Prensa, 29 de abril de 1910).
El ejemplo argentino era celebrado por la prensa extranjera. "El Diario" de Madrid no ahorraba elogios ante el "soberbio despertar" de la Argentina cuya fuerza decía, "aniquilará todo lo que se le oponga a su paso". ("El Diario", 8 de abril de 1910). En una larga separata The Times de Londres se dedicaba a elogiar a nuestro país por ser "uno de los sucesos asombrosos de los últimos tiempos" (28 de abril de 1909).
Colin Clark en su primera edición de The conditions of economic progress (1940), el primer trabajo que compara el ingreso entre las naciones, dijo que la Argentina ocupaba en la década del veinte el sexto lugar en el mundo (detrás de EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Suiza). Argentina tenía una mejor posición que Francia y Holanda.
Y en números, allá por el 1900 el desempleo rondaba por el 14.4 %, los índices de pobreza cercanos al 23 % y de indigencia en un 6.7 %.
Pertenecíamos a un mundo nuevo alejado de guerras e intolerancias, de hambrunas y desigualdad social. La naturaleza nos fue pródiga por su clima y por los recursos que puso a nuestra disposición. Hacia el fin del siglo XIX éramos el anuncio de una gran potencia, un lugar privilegiado por la geografía y por la energía vital de un pueblo emprendedor y culto, ávido de modernidad, que tuvo la convicción de haber iniciado una ascendente marcha que colocaría a la Argentina por su importancia política, económica y cultural en los primeros lugares del conjunto de las naciones del mundo.
El proyecto inclusivo e integrador tuvo no obstante numerosos reparos políticos, económicos y sociales que, en algunas épocas se transformaron en rampas de exclusión. No debe olvidarse que en la Argentina la vagancia fue "un delito", y que la "papeleta" fue una licencia obligada para permitir al peón de campo circular por un partido a otro, que estuvo muchos años en vigor en la provincia de Buenos Aires. Todos estuvieron de acuerdo con ese sistema que aún menciona Ricardo Güiraldes en "Don Segundo Sombra". En cambio hoy en “muchos casos” la vagancia es premiada con planes sociales.
Evidentemente algo sucedió en el medio.
Ahora bien. El radicalismo y el justicialismo fueron los dos movimientos políticos de masas que pretendieron realizar un cambio democrático interpretando las ambiciones e ideales de la mayoría del pueblo. Estas dos primeras experiencias fueron interrumpidas por golpes de estado. Los siguientes mandatos presidenciales de los que fueron protagonistas ambos movimientos en las décadas del sesenta, setenta, ochenta y noventa tampoco pudieron plasmarse en la aceptación pacífica del proceso democrático de la República porque terminaron en golpes de estado, en el abandono de la función presidencial o en el descrédito de las reformas emprendidas.
Pero si analizamos los últimos casi 30 años de “democracia”, observamos que de los 26 años exactos, 8 corresponden al radicalismo, y 18 al peronismo; de los cuales 10 fueron de Menem, 2 de Duhalde y otros presidentes pasajeros, y los últimos 6 corresponden al Kirchnerismo.
Digamos “redondeando” que en los últimos años estuvimos en manos “peronistas”.
En 2002 el desempleo trepó casi al 30 %, cayendo al 10 % de la población activa para 2008/9, en cuanto a los índices de pobreza un 32,9 % (real) un 23% para el INDEC, con respecto a la indigencia un nivel del 12,7% (real) y de un 8,2% también para INDEC de Moreno.
"... lo cierto es que el argentino es un individuo, no un ciudadano". (J. L. Borges, "Evaristo Carriego", 1930).
El conflicto con el campo contribuyó a empeorar la imagen de la Argentina que refleja la prensa extranjera. En general, los corresponsales acreditados en Buenos Aires, así como los analistas y los editorialistas, han juzgado en forma negativa el proceder del Gobierno. Esta sensación quizá guarde relación con los cambios escasos, si no nulos, que han advertido desde que asumió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, como si su gestión fuera, en verdad, la prolongación de la iniciada por su marido.
Joaquín V. González ya había alertado sobre las peligrosas consecuencias de la "supremacía ejecutiva". Se trata de la primacía del presidente de la nación ejerciendo una influencia y competencia que desnaturaliza el funcionamiento de las instituciones previstas en la Constitución y deteriora la democracia. A fines del siglo XIX esta práctica se denominó "unicato", el sistema del gobierno "elector" que fabrica partidos, las provincias transformadas en sucursales del gobierno nacional y éste absorbiendo competencias reservadas a los otros poderes. Manejo del presupuesto en forma discrecional, decretos de necesidad y urgencia, delegación de poderes del Congreso, un Poder Ejecutivo que se transforma en el vértice de la autoridad, aplastando con su exclusivismo el libre juego de ideas y propuestas que caracterizan una sociedad democrática.
"… el funcionario público se considera condómino de una compañía anónima.cuyos dueños verdaderos han desaparecido". (Ezequiel Martínez Estrada. "La cabeza de Goliat").
El patológico “manejo” de nuestra política exterior por parte de la administración de Néstor Kirchner ha resultado inusualmente adverso para la imagen externa de la República Argentina. Hemos perdido presencia, peso, y gravitación, cedido espacios; generado desconfianzas y todo tipo de enemistades (aún con nuestros vecinos más queridos); olvidado el estilo; caído en la inconducta; sumado toda fuerza de rarezas y descortesías; y acumulado fuertes desaciertos, toda índole.
Pero, por muchos esfuerzos que se hagan por instalar una nueva "imagen país" en el exterior, hay un ícono de la argentinidad que siempre vuelve: Diego Armando Maradona sigue siendo el personaje argentino más conocido en el mundo. El ex deportista se ha instalado en el imaginario internacional como el arquetipo del argentino. "De ser jugador estrella a estar internado contra su voluntad por una adicción a las drogas... Todo ese ascenso y caída habla de nosotros y de lo inestables que somos".
Para los Estados Unidos, aquel país que superaríamos según la visión del año 1919, la Argentina es considerada como un país menor dentro de una región en la que Brasil es visto como el líder. Las publicaciones de corte económico pintan a nuestro país como una nación imprevisible para la inversión, en tanto que el público en general percibe una tradición autoritaria en las costumbres y en las políticas argentinas.
Nuestro país, lamentablemente, ha seguido durante décadas (salvo excepciones puntuales) una conducta errática en materia de exportaciones y relaciones internacionales. Un día la Argentina descubrió que la exportación era un camino adecuado hacia el desarrollo. Hasta que, otro día, la lógica del cortísimo plazo volvió a arrasar con todo. Kirchner intentó evitar en 2006 un aumento de la carne (sin resultados positivos para el consumidor, y si negativos para los productores) cerrando las exportaciones, y luego utilizó el mismo deficiente recurso con el trigo. No midió, obviamente, los perjuicios de imagen que eso le causaba al país en el exterior, ni reparó tampoco en el dinero que el propio Estado había gastado durante años en promociones y ferias. Había que privilegiar el “mercado interno” y no faltaban las voces miopes de los morenos (en amplio sentido) que respaldaban la medida. Una vez más, ganaba la visión reduccionista, que plantea todas las soluciones desde el “versus”, desde los opuestos. Jamás, desde la suma.
Desde lo profundo de nuestra cultura José Hernández, Manuel Gálvez, Eduardo Mallea, Leopoldo Lugones, Discépolo, Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, Ezequiel Martínez Estrada, María Elena Walsh y tantos otros desde las letras contemporáneas o la canción popular expresan esa decepción que es la misma a lo largo de las generaciones: el Estado ha desertado de los ideales que profesa el pueblo; la impostura y la trampa forman parte de los métodos de la política; la prepotencia del poder y la injusticia son la sustancia del padecimiento de los ciudadanos.
Para Johatan Ward "el proceso de la Argentina es el más grande misterio del siglo XX".
Después de la crisis del año 2001 el Premio Nobel de Economía Paul Samuelson, fatigado de constatar tantos aprontes fallados, dijo: "la Argentina es un caso perdido".
Transparencia Internacional, una ONG de reconocida autoridad otorga a la Argentina un puntaje para el año 2006 de 2.9 sobre un total de 10 en materia de corrupción. Desde hace cuatro años el país ocupa el lugar 93 entre los 163 países analizados. Chile, Brasil, Colombia, India y Panamá están mejores que nosotros.
Lo importante y rescatable a pesar de todas esas peripecias incomprensibles para el resto del mundo, es que el pueblo argentino continúa su esfuerzo ascendente preservando los ideales que guiaron a la nacionalidad. Mantenemos intacto el sueño de ser un gran país.
Los argentinos debemos confiar en que es posible "volver a creer". Debemos apropiarnos de un nuevo sueño nacional. Nos negamos a aceptar la mediocridad, el desdén por la inteligencia, las eternas esperas, la impostura de los que usan promesas para luego defraudar, la impunidad de la corrupción, el inútil dispendio de un Estado ineficaz, la democracia manipulada, la perpetuación de la pobreza, la marginación y, por sobre todo nos negamos a aceptar que no seremos como nación lo que nuestros padres creyeron firmemente: una Argentina libre, soberana, justa y próspera. Una Argentina que ofrezca a todos sus hijos la seguridad de un porvenir para que cada uno pueda desarrollar con dignidad sus sueños personales.
Debemos asumir nuestra realidad con honestidad y comprender los errores para corregirlos, las experiencias frustrantes para no repetirlas. Se puede tomar las cosas positivas que transformaron a la Argentina en la 8ª economía del mundo, tratando de no repetir los errores. La posición macroeconómica de un país poco importa si los ciudadanos que habitan esa tierra viven sin libertad, con privaciones y sin acceso a derechos sociales, políticos y económicos en beneficio de una reducida clase privilegiada que goza de esa bonanza, como la clase política.
Ahora pienso ¿que definición como país nos correspondería actualmente?
¿Qué definición queremos de “República Argentina” para el bicentenario?
* Argentina (República), fragmento extraído del Diccionario Español, Editorial Sopena, año 1919, página 120. Similar cita se reproduce en una edición del Diccionario de la Real Academia Española en 1921.
Excelente nota!! y muy, muuuuuy triste a la vez... Ojalá con muchisimo esfuerzo, los que queremos este bendito suelo y lo queremos ver grande, podamos levantarlo, reconstruírlo para que sea lo que los Argentinos y nuestros padres y próceres soñaron. La maravilla que la Argentina nunca debió dejar de ser...
ResponderEliminar"Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñando
les repite: ¡Mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al gran Pueblo Argentino, salud!"
qUE BLOG PEDORRO Y ABURRIDO!! FALTA LITA DE LAZRI!! JAJAJAJ PATOTEROS DE LA SOJA!! ESTAN ESPRANDO A MENEN!! JJAJAJAJA
ResponderEliminarLucho amoooroso!! Nene de mamá porque no vas a estudiar a la univeridad y dejas de esconderte tras los negocios de tu papá con el glisfosato!! Sabes que sos un asesino como los que masacraban niños.No te vas a olvidar de tus crimenes!!
ResponderEliminarTe felicito Lucho, segui asi que lo que decis tiene fundamento!!!
ResponderEliminarlos que entendemos sabemos que este gobierno esta lleno de corruptos y que van a ir presos todos cuando terminen el mandato nefasto que estan haciendo.
Se van a quedar solos y van a pagar por todo el daño que le estan haciendo al pais.
un beso
He quedado pasmado.
ResponderEliminarLa cantidad de generalizaciones y lugares comunes por los que transcurre el autor de éste artículo sólo sirve de muestra respecto de las carencias que la formación universitaria tiene en Argentina.
De verdad estás haciendo estudios universitarios, no te enseñaron a investigar y citar las fuentes. No te contaron que los diarios no son fuentes, sino referencias indirectas.
Las referencias de opinión en el exterior y citas España, dónde eestaban desesperados por sacarse de encima gran parte de su población pobre que esperabas que dijeran?
Espero que sigas por el buen camino. Me gusta el blog.
ResponderEliminarEs triste ver que hoy día el clientelismo político está destrozandonos y haciendonos cada vez más pobres.
Lo que se necesita acá NO es promover la pobreza con planes sociales clientelistas que sólo perpetuan la vagancia y los impuestazos a la clase media. Acá se necesitan puestos de trabajo, que cada uno gane su pan con el esfuerzo día tras día y no convertirnos en un país rojo de sangre como a principios del 70 o como es cuba ahora.
Viva la libertad, viva el campo,viva el trabajo y la libertad de expresión, viva Argentina!
jjajajaj, al final el diario Barcelona con ssu titular "Ahora el campo exige retrotraer la situación de 1880" tenía razón!!!! Era un desastre esa época, épocas de verdadera oligarquía. Sos un asco chabón. La gente ya se está dando cuenta. Y no creo que salga a cacerolear por Biolcati que tiene campos valuados en 70 millones!!!!! La clase media argentina es tremenda, expero que reflexionen. Uds son Amos que jugaron a ser esclavos, pero ya se les está cayendo la careta.
ResponderEliminarSaludos. Maru
Generación de los 80: una generación que perdura (y seguirá) en nuestro ADN. No existía el clientelismo, pero existía el fraude. No había inseguridad, pero mataron a nuestros naturales (nuestros Ranqueles, por ejemplo) para expropiar sus tierras y darselas a pocos (latifundistas) para hacer la "América", disfrazándola bajo el lema de "Conquista del desierto" (¿desierto?, ¿no había nadie ahí?) "orden y progreso", "modelo agroexportador" (literalmente, dependencia de los grandes metrópolis), "civilización o barbarie".
ResponderEliminarUna mirada un tanto reduccionista de la historia mi estimado amigo. No quiero desacreditarte, hay ciertos fundamentos, pero es la historia que nos enseñan en la escuelita primaria y secundaria. En ellas la curricula es de aquella época todavía, un modelo "normativo" de enseñanza para el "progreso", para el "orden", para "civilizar", para destarrar la "barbarie".
En fin, queda mucho por construir, pero hay que saber mirar el pasado primero mi buen amigo.
Estimadísimo Lucho:
ResponderEliminarEn la Argentina de fines de siglo XIX y principios del XX hubo una casta política cuyos integrantes eran la clase terrateniente y ganadera, dueños de la tierra que se enriquecieron con el modelo agroexportador. Derrocharon las divisas que entraban al país construyendo grandes palacios y edificios que hoy en día podés ver en los barrios mas paquetes de Buenos Aires. De ninguna manera querían salir del modelo económico. ¿Para qué invertir en industrias nacionales si todo se podía importar?. No te parece que los del campo tendrían que ayudar a diversificar la economía del país invirtiendo acá en productos de fabricación nacional y no en sembrar más y más soja matando la ecología con glifosato nuestro hermoso y rico suelo?. La Nación fue siempre un diario antinacional, aunque su nombre diga lo contrario. Gracias a Dios Latinoamérica cobra vida e identidad propia y ojalá en poco tiempo desaparezcan intereses mezquinos que no sean lo de la Gran Nación que nos dejó San Marín. Y por favor andá a estudiar. Podés leer a Chomsky, Castells, Petras, Halperindonghi,Atlio Borón,José María Rosa, etc, etc publicaciones de la CLACSO.
los kirchner son todos putos!!!
ResponderEliminarSin apelar a groserías ni demás bajezas que se las dejo al autor del blog, hermano, que rosario de precariedades y rebuznos. Uno puede disentir desde lo filosófico-ideológico, pero la argumentación no puede estar tan escandalosamente ausente. Hay bibliotecas enteras que pueden usarse la criticar tal o cual política oficial, y vos venís a colgar como lectura obligatoria a Majul, que hasta un cascote como Mirta Legrand lo sacó a pasear adentro de una lata cuando se le quiso hacer el canchero.
ResponderEliminarSaludos igual. Alejandro
NO ES "SUPUESTO" EL DICCIONARIO. EL MISMO EXISTE Y ESTÁ EN:
ResponderEliminarhttp://www.bnm.me.gov.ar/cgi-bin/wxis.exe/opac/?IsisScript=opac%2Fopac.xis&dbn=BINAM&tb=aut&cat&src=sug&query=JOSE&tn&nn&an&soporte&ft&operador=AND&cantidad=10&formato&next=1141&sala=1
Biblioteca Nacional de Maestros | Catálogos | Libros
Autor/es Alemany y Bolufer, José (director)
Título Diccionario de la lengua española
Edición 2ª ed.
Publicación Barcelona : Ramón Sopena Editor, [1919]
Descrip. física 1752 p.
Temas DICCIONARIOS DE LA LENGUA · ESPANOL
UBICACIÓN SC 121-05
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