Muchas veces escuchamos letras de canciones con un alto contenido cultural, que por diferentes razones no nos detenemos a analizar, hasta que por algún motivo en especial prestamos atención, las redescubrimos y es ahí donde toman un mayor protagonismo.
Días atrás una amiga me pasó la letra de una hermosa y conocida zamba de "Los Chalchaleros", la cuál me dejo pensando y llegué a la conclusión que la ignorancia, no pasa por el menor o mayor acceso a la educación, sino por la falta de voluntad en aprender, aunque sea por medio de un simple tema folcklórico.
Es verdad que es un tema didáctico y quizás demasiado utópico; pero no es ningún sermón ni mucho menos un alegato pro golpista, como ha dicho algún insensato en su momento.
Es ésta una zamba compuesta en los años ochenta, tras el desgarro sufrido en la sociedad argentina por la última dictadura militar. En esos años se pasó del desorden de Isabelita Perón a la injusticia de Videla y el resultado fue una fractura social y una división muy grande, la cuál hoy continuamos sufriendo, y muchos peor aún, alimentan.
Frente a ello, los Saravia nos dan una receta que recuerda al gran José Hernández (es tiempo de unión y de juntar sueños) y que también parece tener alientos calderonianos: "que el vivir sólo es soñar y la experiencia enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar."
Quiero compartir con ustedes esta valiosa letra.
JUNTANDO SUEÑOS
Letra: Juan Carlos Saravia
Música: Facundo Saravia
Quisiera que mi Patria cambiase su semblante,
ofreciendo a sus hijos dichoso porvenir:
que juntos realicemos este cambio muy pronto,
para que reine en ella la paz y la ilusión.
Por eso es que a mi Patria comparo con mi casa:
la casa que es de todos, su sueño, nada más.
Quisiera que este sueño durara mucho tiempo,
para que sin rencores podamos descansar.
Nuestra madre, la Tierra, nos pide un gran esfuerzo:
fundamos, en su entraña, la reja del amor.
Juntemos nuestros sueños; juntemos nuestras manos,
para que nuestra siembra dé frutos de humildad.
Mi casa es donde vivo: es donde yo trabajo.
Haciendo sacrificios recibo dignidad.
Ningún hermano piensa ganarle a su otro hermano
y provocar envidias que traigan desunión.
Hernández ya decía que estando desunidos:
nuestra casa peligra, peligra la nación.
Estoy hay que machacarlo para que se haga carne;
que sepan nuestros hijos su historia y tradición.
Días atrás una amiga me pasó la letra de una hermosa y conocida zamba de "Los Chalchaleros", la cuál me dejo pensando y llegué a la conclusión que la ignorancia, no pasa por el menor o mayor acceso a la educación, sino por la falta de voluntad en aprender, aunque sea por medio de un simple tema folcklórico.
Es verdad que es un tema didáctico y quizás demasiado utópico; pero no es ningún sermón ni mucho menos un alegato pro golpista, como ha dicho algún insensato en su momento.
Es ésta una zamba compuesta en los años ochenta, tras el desgarro sufrido en la sociedad argentina por la última dictadura militar. En esos años se pasó del desorden de Isabelita Perón a la injusticia de Videla y el resultado fue una fractura social y una división muy grande, la cuál hoy continuamos sufriendo, y muchos peor aún, alimentan.
Frente a ello, los Saravia nos dan una receta que recuerda al gran José Hernández (es tiempo de unión y de juntar sueños) y que también parece tener alientos calderonianos: "que el vivir sólo es soñar y la experiencia enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar."
Quiero compartir con ustedes esta valiosa letra.
JUNTANDO SUEÑOS
Letra: Juan Carlos Saravia
Música: Facundo Saravia
Quisiera que mi Patria cambiase su semblante,
ofreciendo a sus hijos dichoso porvenir:
que juntos realicemos este cambio muy pronto,
para que reine en ella la paz y la ilusión.
Por eso es que a mi Patria comparo con mi casa:
la casa que es de todos, su sueño, nada más.
Quisiera que este sueño durara mucho tiempo,
para que sin rencores podamos descansar.
Nuestra madre, la Tierra, nos pide un gran esfuerzo:
fundamos, en su entraña, la reja del amor.
Juntemos nuestros sueños; juntemos nuestras manos,
para que nuestra siembra dé frutos de humildad.
Mi casa es donde vivo: es donde yo trabajo.
Haciendo sacrificios recibo dignidad.
Ningún hermano piensa ganarle a su otro hermano
y provocar envidias que traigan desunión.
Hernández ya decía que estando desunidos:
nuestra casa peligra, peligra la nación.
Estoy hay que machacarlo para que se haga carne;
que sepan nuestros hijos su historia y tradición.
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